Yael Ben Zion
Pagnes, copia digital, 20”x20”, 2012
Pasando (Paso), impresión digital, 30”x30”, 2012
Ser mixto no se convirtió realmente en una fuente de conflicto hasta que regresé a los EE. UU. cuando tenía unos nueve años. Fue en los EE. UU. donde me encontré por primera vez con el sistema racial de hipodescendencia o la "regla de una gota". Recuerdo que mi madre me advirtió que no publicitara el hecho de que yo era 'un octavo' porque la gente podría verme de manera diferente. Recuerdo sentirme muy diferente de mis compañeros de clase en el norte predominantemente blanco de Nueva York; e incómodo con la forma en que inflaron ("¡eres mi amigo negro!") o descartaron ("¿No te gusta Usher? ¡Soy más negro que tú!") mi raza. En las raras ocasiones en que estaba cerca de otras personas de color, sentí una fuerte atracción por la identificación; como si me reconociera a mí y a mi familia dentro de ellos, y deseara profundamente que me conocieran... algo que siempre fue unilateral, ya que, debido a la poca visibilidad de mi raza, las personas de color rara vez se ven reflejadas en mí .
La discriminación que enfrento como persona de color de baja visibilidad o “que pasa” es muy diferente a la que experimentan las personas visibles y de piel oscura, hasta el punto de ser incomparable. El racismo es un sistema social estructural de desigualdad con una larga historia acumulativa y un efecto psicológico generalizado en las vidas y experiencias de todas las personas que viven en él. Como persona de color “de paso”, puedo evitar la mayoría de la discriminación racial estructural en este país. Donde experimento el racismo es en el nivel más interno e interpersonal. Tengo una conciencia de mí mismo como una persona de color que inhibe mi asimilación a espacios racialmente hostiles que de otro modo podrían incluirme.
Para una persona mixta (o cualquier persona obsesionada por cuestiones de "autenticidad" racial, cultural o de otra identidad), la cuestión de indicar la identidad a través de la vestimenta, el idioma, etc. siempre está teñida de una sensación de ansiedad, especialmente cuando la presencia o ausencia de estos indicadores podría ser toda la diferencia en cómo uno es percibido. Me encuentro haciéndome preguntas como '¿Será esto malinterpretado como apropiación cultural? ¿Parecerá que estoy afirmando mi negrura con tanta fuerza como para arriesgarme a borrar la realidad de mi blancura? ¿Seré tratado con más, o menos respeto caminando por la calle con el pelo envuelto o usando un pagne? ¿Qué estoy borrando al no ponérmelo?
—Aja